Me voy a comprar un banjo

Uno nunca sabe lo que se va a encontrar de repente. Y eso es lo que me pasó ayer por la tarde. Cuando me dirigía a la productora una hora antes de la audición, cruzando una ciudad vacía en la que parecía que todo el mundo estaba haciendo la siesta, no tenía ni idea de lo que estaba a punto de presenciar: el casting más surrealista y divertido que he llegado a hacer desde que estoy metido en esto. Os puedo asegurar que a los que estuvimos allí no se nos va a olvidar en mucho tiempo. Si hay algo que un profesional debe hacer es guardar toda expresión de alegría, pena o aburrimiento mientras el actor realiza su prueba. Hieratismo absoluto. Y creedme si os digo que no siempre es fácil. Ayer no pude hacerlo, no aguanté. Me pasé media "prueba" llorando de la risa. Me consuela el hecho de que la persona en cuestión, de la que obviamente no voy a dar el nombre, no era actor. Según sus palabras era una persona que llevaba "27 años en este planeta". De momento la cinta queda a buen recaudo. Quizás algún día algo de ese material vea la luz, aunque nunca llegue ser del todo fiel al momento que nos tocó vivir.

Y por la noche sesión doble de cine junto a Jean-Michel, como en los viejos tiempos. Impresionante Aronofsky. Me voy a comprar un banjo.

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