"213 Kelvin". El montaje definitivo. (Parte I)

De nuevo en la sala de montaje con Kelvin. Ayer volví a juntarme con Juan Pennisi para discutir y retocar la versión definitiva del montaje del corto. La postproducción se ha alargado por diversos problemas, aunque quizás el primero fue que no supimos darle un ritmo a una historia que lo necesitaba. Las primeras versiones no acababan de convencernos: demasiado metraje y un tempo demasiado lento. Esto, unido a otros problemas técnicos hicieron que el proyecto se parase en varias ocasiones. Juan se marchó a hacer publicidad y yo me metí en proyectos de Activa que me mantuvieron ocupado durante un tiempo. Pero algo nos quemaba a los dos por dentro. Quedaba trabajo por terminar.

Un día recibo una llamada de Juan: “Sergio, he vuelto con Kelvin. Tienes que ver esto”. Había sacado las tijeras. Estaba claro que el hecho de trabajar en spots, donde tienes que contar una historia en apenas un minuto y medio, le había abierto los ojos. Habían caído secuencias enteras que no se sostenían y el tono cambió. Había que simplificar. Esa era la solución a lo que buscábamos y no habíamos conseguido hasta el momento, el ritmo. El problema era que se había pasado. Era demasiado frenético, sin pausas, y al espectador hay que dejarle respirar. Ese material lo conocemos ahora como la "versión spot". Nos ha servido de base para el montaje final. Conocemos tanto los planos que se rodaron que enseguida hemos dado con la pista y avanzar ha sido relativamente fácil. Los dos primeros tercios de la película están finalizados y estamos bastante contentos con el resultado. A lo largo de las próximas semanas viajaré a Besalú para seguir trabajando y acabar el cut definitivo.

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