La Despedida. Seguimos editando

Nuevo día en la sala de montaje. Esta primera parte de la postproducción está prácticamente lista. Sin mucho donde dudar hemos avanzado muy rápido editando y he de confesar que me ha resultado nuevamente muy ameno. Esta mañana comentaba en la productora que el proceso de montaje provoca en mí un interés cada vez mayor. Es un proceso tan creativo como la propia escritura del guión y sin lugar a dudas tan importante como para cargarte una película o llegar a arreglarla. Y esto último puede llegar a ser necesario no porque el guión sea malo, cosa que en muchas ocasiones sí ocurre, sino porque hay veces en las que no consigues darle el aire que deseas a la historia en la sala de edición. Como una canción, que según el tempo con el que se interprete puede pasar de ser carne de fiesta mayor a banda sonora de velatorio. En La Despedida no hemos tenido que hurgar demasiado ya que desde el principio estaba muy marcado el ritmo y el tipo de montaje sobrio que debía llevar. De nuevo hemos seguido la máxima que dice que en la sencillez está el buen gusto. La mayoría de las tomas que han acabado en el film se han escogido por ínfimos detalles. En conjunto creo que debemos estar satisfechos. Ahora toca dejarlo respirar, olvidarse del montaje por unas horas o si puede ser por unos días. Si al volver a cogerlo sigue desprendiendo un buen aroma es que hemos acertado. Habitualmente se corrige algún pequeño detalle, se afina algún corte o se repasa alguna toma para acabar de quedarte tranquilo sabiendo que has escogido lo mejor que tenías. Y en el caso que nos ocupa hay mucho y muy bueno. En los próximos días Ferrán entrará de nuevo en escena para hacer las correcciones de color pertinentes aunque hay bastante linealidad entre la mayoría de los planos. Caso aparte será el sonido, que una vez más será la fuente de los mayores dolores de cabeza. Es importante trabajarlo bien porque de eso dependerá mucho la calidad final del producto. Ahora toca descansar el fin de semana.

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